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¿Sueldo alto?

Ante esta publicación de n.com.do titulada " Altos salarios producen éxodo de periodistas de principalía de medios al Gobierno" me he visto en la necesidad de responder ya que muchos han atentado contra la dignidad de decenas de profesionales de la comunicación que brindamos nuestros conocimientos en esa área a una institución pública con la misma calidad que lo haríamos en un medio de comunicación o en una oficina de relaciones públicas privada. Este es el enlace de la noticia por si no la has visto ¿Con qué autoridad publican ustedes esta información? Por lo menos a mí nadie me preguntó por qué me fui de El Nacional, para querer ahora reducir mi renuncia a un hecho netamente salarial. ¿Es 45 mil pesos un “salario” alto como ustedes afirman? ¿Se vive dignamente con los salarios que pagan los periódicos a los redactores? ¿Es indigno trabajar comunicación institucional? ¿Si un maestro puede ganar 45 mil pesos o más, por qué un periodista no? ¿Es el trabajo del c
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Les presento este artículo que escribió una niña de tan sólo 11 años que  muestra una inmensa sensibilidad social. Leerla renueva mis esperanzas de un futuro mejor El texto fue publicado en Cartas al Director del periódico El Nacional, puedes velo al hacer clic aquí Ayudemos a los animales Mi nombre es Lía Pérez y tengo 11 años, le escribo preocupada por el maltrato animal. Hay mucha gente que abandona, maltrata, desprecia a los animales. Pero yo quiero cambiar eso. Muchos caminan por la calle y ven a un perro o a un gato callejero que necesita comer, beber o cuidados veterinarios… ¿y qué hacen? Nada, los miran, los rechazan, los ignoran y siguen o como si nada pasara. Todos los días a donde yo voy siempre veo a un perro callejero y algunos días veo a un perro atropellado, muerto de hambre, tieso y siendo sincera no soporto mirarlo, me dan ganas de llorar bastante, y me pregunto: ¿Por qué hay gente que maltrata a los animales y que los abandona? Cuando veo un an

Ya tendrás tiempo

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Con el paso de los años identificas las verdaderas prioridades de la vida. Ya tendrás tiempo de comer tranquila, de dormir de corrido o un rato más, ya podrás tener la casa reluciente, llegar temprano a todas tus citas, ir al gimnasio todos los días, vacacionar con tu pareja y comprar más ropa para ti... Mientras ese día llega juega un rato más con tus hijos, cárgalos y amamántalos cuando te lo pidan , no le dejes llorar solo, satisface sus necesidades afectivas, ya que nunca más será un bebé, no tendrás otra oportunidad para darle el pecho o ese abrazo que necesitaba tras un berrinche, nunca más será un bebé. Cuando llegan los hijos quizás no podremos hacer todo aquello a lo que estábamos acostumbrados, es posible que debamos mirar a otro lado para no volvernos locas con las pequeñas piezas de juguetes que se reproducen por la casa y lo más probable es que tampoco podamos cumplir con las altas expectativas personales, familiares, como mujeres, como amantes, como profesiona

La triste crónica de los gatitos que traté de salvar

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Mis hijas tratando de alimentar uno de los gatitios. El 19 de junio, cuando estaba de vacaciones en casa, a eso de las 9:00 de la mañana comencé a escuchar maullidos en una casa deshabitada contigua a la mía. El llamado de los gatitos paraba y volvía mientras yo miraba al patio de esa vivienda para confirmar si alguna gata había parido allí. El llanto se intensificaba con el paso de las horas y mientras el sol recrudecía. Cuando me disponía a llamar a los dueños por teléfono pude ver cuatro tiernos cachorritos tirados en la acera clamando a su madre. Les llevé un cajita para que se refugiaran y leche diluida, pero eran tan tiernos que no sabían cómo comer, pues los alejaron abruptamente su madre y de la protección y salud que ella les daba con la leche materna de sus pechos. Tres de los cuatro gatitos en la cajita que les puse.  Traté de darle leche con un biberón que me quedaba de un perrito que crié hacía un buen tiempo, pero la tetera era muy grande para el

Identidad y desarrollo de Santo Domingo Este

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Los que vivimos "de aquel lado" tenemos pocas opciones para trabajar en nuestro propio municipio y cada día recorremos largas distancias en medio de interminables tapones. Gracias a Semana, del periódico El Nacional, por acoger este trabajo. Desde hace unos 14 años me mudé del Distrito Nacional a Santo Domingo Este, dos años después de que se dividiera territorialmente la capital para dar paso a la nueva provincia: Santo Domingo. En este tiempo he visto el desarrollo económico e inmobiliario de este municipio, pero entiendo que todavía faltan políticas para crear en esa comunidad una identidad propia, así como otras que estimulen el establecimiento de empresas que generen empleos calificados. ¿Qué hacemos con tener el municipio más poblado del país (948 mil 885 habitantes según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010; más del 10 por ciento de la población del país) cuando la gran mayoría de su fuerza laboral debe salir de su demarcación, cada día, para

¿Hasta cuándo le vas a dar la teta?

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Pese a que el principal órgano de salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiende que los niños sean amamantados por lo menos dos años, la realidad es que conforme pasan los meses las madres que dan el pecho van recibiendo más presión de su entorno para que desteten a sus pequeños. “¿Y hasta cuándo es?”, “¿cuándo le vas a quitar la teta?”, “ya ese muchacho camina, quítale la teta que ya sólo das agua”, son algunos de los comentarios que reciben las madres de personas cercanas que incluso en principio apoyaban su decisión de amamantar. Este panorama es contradictorio, y más cuando la recomendación de quitar el pecho llega desde profesionales de la salud como médicos de todas las especialidades entre ellos incluidos muchos pediatras. ¿Es que la OMS no es autoridad para esos pediatras que recetan X o Y marca de leche y ordenan a sus pacientes destetar?¿Es que esos profesionales y el personal de apoyo de clínicas y hospitales no leen los múltiples estudios publicad

Querida directora:

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Hace pocas semanas fui a una reunión del colegio en el que estudia mi hija de seis años y me sigue retumbando en la cabeza una frase que nos dijo a los padres reiteradamente la directora: “Ustedes pasan 20 horas con sus hijos, y nosotros sólo cuatro”. Por más que quiero no puedo dejar de pensar en ello pues al parecer esta educadora no tiene ni idea de qué hacemos la mayoría de los padres durante el día y que si sacamos cálculos los maestros pasan más tiempo con nuestros hijos que muchos padres (entre los que lamentablemente nos incluimos mi marido yo). Quitando las cuatro horas de la escuela, y tomando en cuenta que un niño de esa edad debe dormir de nueve a 12 horas (pero vamos a poner sólo 10 horas nocturnas), partimos de que al niño le queda 10 horas para estar con sus padres y que a entender de la maestra nosotros debemos dedicarlas enteramente a educar y reforzar las clases que les dan en la escuela a nuestros hijos. Pero parece que a ella se le olvidó el detalle